Lesiones de menisco
Tras una operación de menisco, el médico puede recomendar una limitación temporal de la movilidad. El uso de órtesis permite una descarga parcial con limitación de la movilidad.
Causas, síntomas y tratamiento
La articulación de la rodilla dispone de un menisco interno y uno externo, dos estructuras de fibrocartílago de forma semilunar y diferente grosor ubicadas entre el fémur y la tibia.
Los meniscos se encargan de la interacción sin fricciones de estos dos huesos que presentan superficies con diferente forma. Aumentan la superficie articular de la rodilla y amortiguan el peso, garantizando así una distribución homogénea sobre la articulación. Las lesiones de menisco ponen en riesgo el efecto estabilizador, amortiguador y de distribución de la carga de los meniscos.
Ottobock supports and orthoses

Causas
Con frecuencia las lesiones de menisco se producen al practicar deporte o debido a un accidente o un movimiento descontrolado. Por lo general se trata de movimientos abruptos, por ejemplo, giros rápidos o paradas bruscas. La rodilla realiza un giro desafortunado y se queda atascada, y el menisco se rompe. Una rotura de menisco acontece en las formas más diversas y con diferentes grados de gravedad.
Otra causa posible, que no debe pasarse por alto en particular en personas mayores, es el proceso degenerativo de los meniscos. El tejido del menisco se regenera mínimamente, lo que provoca su reducción con el paso de los años. Los meniscos se vuelven quebradizos y forman pequeñas fisuras. Llegados a este punto, cualquier movimiento cotidiano de la rodilla puede provocar la rotura del menisco. Pero el tejido del menisco en personas jóvenes también puede sufrir alteraciones degenerativas como consecuencia de una carga excesiva de la articulación. Los motivos de ello son, por ejemplo, el sobrepeso, una desalineación de los ejes de las piernas o un esfuerzo intenso en deportes de competición con uso predominante de un lado del cuerpo.
Diagnóstico
El médico es quien determina si se ha producido una rotura de menisco: tras una anamnesis exhaustiva y una exploración, se sirve de pruebas imagenológicas para emitir un diagnóstico. En no pocos casos se lleva a cabo también una artroscopia de la articulación.
Síntomas
Los síntomas que caracterizan las lesiones de menisco son dolores intensos y limitaciones de la movilidad en la articulación de la rodilla afectada. Otros indicios de un daño en los meniscos son dolores punzantes al moverse, una hinchazón intensa de toda la articulación de la rodilla, limitaciones funcionales y un sobrecalentamiento y enrojecimiento de la zona afectada.
Terapia
Por lo general el tratamiento consta de una intervención mínimamente invasiva en forma de una artroscopia. Durante la misma se retira el tejido cartilaginoso suelto y se suturan las partes del menisco desgarradas. En muchos casos, el médico recomienda una carga parcial con limitación de la movilidad para que la zona afectada pueda recuperarse con tranquilidad. Generalmente se utilizan órtesis en este tratamiento.
Volver a la vida cotidiana: en 3 pasos hasta la órtesis de Ottobock
- Aquí encontrará un resumen de las órtesis y correajes que pueden ser adecuados para usted. Lleve consigo esta lista la próxima vez que acuda al médico.
- Consulte a su médico cuál de las órtesis es la más adecuada para su cuadro clínico. Seguidamente, su médico le extenderá una receta para la órtesis correspondiente.
- Acuda con la receta a una ortopedia. Allí recibirá su nueva órtesis después de haberse adaptado con precisión a sus medidas corporales.